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‘Let It Be’: de las sesiones de ‘Get Back’ al álbum final de los Beatles

Cuando se lanzó ‘Let It Be’, en mayo de 1970, los Beatles se habían separado. La banda que había definido los años 60 tenía un nuevo capítulo por delante.

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The Beatles Let It Be
Cover: Courtesy of Apple

Es fácil perdonar a quien haya pensado que el show, no anunciado, que los Beatles dieron a la hora del almuerzo en el techo de sus oficinas de Apple, en el elegante Savile Row de Londres, el 30 de enero, era su espectáculo de despedida. No es difícil imaginar al grupo bajando silenciosamente las escaleras saliendo a la calle, la multitud reunida ya habría regresado al trabajo, y cada Beatle yendo a casa por su cuenta. Fin de la historia.

Escucha Let It Be en Apple Music y Spotify.

Pero eso no fue lo que pasó. Los Beatles regresaron al estudio solo unas semanas después y continuaron grabando de forma intermitente durante la primavera, antes de dedicar casi todo julio y agosto a completar otro álbum, Abbey Road, que se lanzó muchos meses antes que Let It Be.

De hecho, una nueva película editada por Peter Jackson, a partir de las muchas horas de filmación tomadas en enero de 1969, mostrará pronto una narrativa diferente de este suceso. “La realidad es muy diferente al mito”, reveló recientemente el director. “Después de revisar todas las imágenes y el audio que Michael Lindsay-Hogg filmó 18 meses antes de que se separaran, es simplemente un tesoro histórico increíble. Claro, hay momentos de drama, pero ninguno de la discordia con la que este proyecto ha estado asociado durante mucho tiempo”. Ringo Starr comentó: “Hubo mucha alegría y creo que Peter lo demostrará. Creo que esta versión será mucho más pacífica y amorosa, como realmente lo éramos”. Paul estuvo de acuerdo: “Obviamente nos estamos divirtiendo juntos. Puedes ver que nos respetamos mutuamente y estamos haciendo música juntos, y es una alegría ver cómo se desarrolla”.

Entonces, ¿por qué el álbum Let It Be se asoció tanto con su separación?

Las sesiones de “Get Back”

El año había comenzado con el álbum doble homónimo de The Beatles, también conocido como “El Álbum Blanco”, en lo más alto de las listas. Después de todo, éste había sido lanzado apenas dos meses antes. Si eso no fuera suficiente, la tan esperada banda sonora de la película animada Yellow Submarine saldría en quince días.

Y, sin embargo, aquí estaban, el día después de año nuevo, levantándose antes del amanecer para dirigirse a un estudio en Twickenham con el objetivo de ser filmados preparando su próximo proyecto.

No había equipo de grabación en Twickenham, al menos nada adecuado para grabar un álbum. La idea era filmar los ensayos para un especial de televisión en vivo, siendo la actuación principal el clímax del proyecto, todo capturado por el director Michael Lindsay-Hogg. Joven y dinámico, Lindsay-Hogg se había curtido en el revolucionario programa de televisión pop ¡Ready Steady Go! y había dirigido clips promocionales de los Beatles para “Paperback Writer”, “Rain”, “Hey Jude” y “Revolution“. Por su parte, Glyn Johns fue invitado a supervisar el sonido del concierto que darían en la televisión. Él había trabajado recientemente con Lindsay-Hogg en el especial de televisión The Rolling Stones Rock & Roll Circus, que presentaba a John y Yoko entre los invitados de los Stones.

“Me gustan las melodías sencillas”

A pesar de tener un nuevo álbum número 1 en las listas, repleto de canciones aptas para presentaciones en vivo, el grupo inmediatamente se puso a trabajar en un lote de canciones nuevas. John Lennon empezó todo el 2 de enero, tocando los fragmentos de George Harrison de “Don’t Let Me Down” mientras la pareja afinaba sus guitarras. Cuando comenzaron a familiarizarse con la canción, llegó Ringo Starr, quien se unió inmediatamente a la batería. George le dijo a John que le gustaba “Don’t Let Me Down”: “Esa es buena. Me gustan las melodías sencillas”. Paul llegó tarde esa primera mañana, pero cuando llegó también se unió.

Y así continuaron las sesiones. Además de “Don’t Let Me Down”, los días siguientes trabajaron en “Two Of Us”, “I’ve Got A Feeling”, “All Things Must Pass” y “Maxwell’s Silver Hammer”, entre otras. Además de concentrarse en nuevas canciones, los Beatles improvisaron y tocaron una gran cantidad de versiones que en gran parte datan de sus días previos a la fama en Liverpool y Hamburgo.

Pero resurgieron las tensiones de las sesiones del “Álbum Blanco”, del año anterior, durante las cuales Ringo se había retirado. Esta vez, justo antes del almuerzo del viernes 10 de enero, fue George quien se fue.

Los Beatles restantes continuaron durante unos días antes de mudarse de Twickenham. El 20 de enero todos volvieron a reunirse en el estudio del grupo recién instalado en el sótano de su edificio Apple en Savile Row, en el centro de Londres. Sin embargo, pronto quedó claro que la configuración, tal como la había preparado el socio de los Beatles “Magic Alex”, no era la adecuada. Al día siguiente se instaló el equipo portátil de los estudios de EMI en Abbey Road y se continuó el trabajo. Como recordó Ringo: “Las instalaciones de Apple eran geniales. Era muy cómodo, y era nuestro, como en casa. Fue genial ir allí, y cuando no estábamos trabajando podíamos sentarnos alrededor del fuego, que habíamos encendido porque queríamos que fuera muy acogedor. Fue solo cuando escuchamos la grabación que nos dimos cuenta de que no podíamos tener el fuego prendido, porque cuando escuchábamos, oíamos ‘crack, crack, crack’”.

“Fue como una bocanada de aire fresco”

El ambiente se mejoró aún más gracias a la incorporación del organista por excelencia Billy Preston. Los Beatles lo conocían desde sus días en Hamburgo y su inclusión en las sesiones levantó el ánimo dentro del grupo. George explicó cómo trajo a Billy, yendo por él mientras estaba en Londres tocando con Ray Charles. “Entró mientras estábamos en el sótano escuchando ‘Get Back’ y fui a la recepción y dije: ‘Entra y toca en esto porque todos están actuando de manera extraña’. Estaba todo emocionado. De todos modos yo sabía que los demás amaban a Billy, y fue como una bocanada de aire fresco”.

El resto de enero transcurrió en el sótano de Savile Row puliendo canciones de Twickenham y trabajando en otras nuevas. “Get Back” se había improvisado en Twickenham, pero cuando volvieron a tocar la canción el 23 de enero estaba más completa y formada. Otras canciones que estaban a punto de completarse incluyeron “For You Blue” de George, “Let It Be” y “The Long And Winding Road” de Paul y “Dig A Pony” de John.

Muchas canciones que se probaron durante estas sesiones se trasladaron y convirtieron en parte de Abbey Road, incluyendo “Octopus’s Garden” de Ringo, “Something” de George, “I Want You (She’s So Heavy)” de John y “Oh! Darling”, así como varias canciones que luego aparecerían en varios álbumes en solitario de los Beatles.

Se discutieron varios lugares para la presentación en vivo final del proyecto, que iban desde un antiguo anfiteatro en el norte de África hasta un orfanato. Al final, se tomó la decisión de última hora de dar un concierto no anunciado en el techo de su edificio Apple, justo detrás de la bulliciosa Regent Street de Londres. Paul recordó: “Habíamos estado buscando un final para la película, y era un caso de, ‘¿Cómo vamos a terminar esto en dos semanas?’ Entonces se sugirió que subiéramos al techo e hiciéramos un concierto allí; así todos podríamos irnos a casa.

“Quería que la policía me arrastrara”

El grupo, con Billy Preston en los teclados, tocó durante poco menos de tres cuartos de hora en aquel jueves a la hora del almuerzo, antes de que la policía solicitara que terminaran, debido a las quejas de los negocios vecinos sobre el ruido y el tráfico cada vez más congestionado que estaban sucediendo a medida que crecía la multitud. Ringo recordó la llegada de la policía: “Alguien en el vecindario llamó a la policía, y cuando llegaron yo estaba tocando y pensé, ¡Oh, genial! Espero que me arrastren. Quería que la policía me sacara a rastras – ‘¡Quiten esos tambores!’ – porque nos estaban filmando y se habría visto realmente genial, pateando los platillos y todo. Bueno, no lo hicieron, por supuesto; simplemente entraron torpemente: ‘Tienen que bajar ese sonido’. Podría haber sido fabuloso”.

El día siguiente sería histórico, ya que las escenas en las que el grupo interpretó “Let It Be”, “The Long And Winding Road” y “Two Of Us” serían la última vez que los Beatles fueron captados juntos en una película.

Y eso fue todo. Las sesiones de un mes que produjeron el álbum y la película Let It Be habían terminado…

Pero ese no es el final de la historia. Pasaría más de un año antes de que el álbum viera la luz del día.

“Una nueva fase del álbum de los Beatles…”

Las grabaciones fueron entregadas a Glyn Johns, quien se encargó de compilar un álbum a partir de las muchas horas de música grabada, con la intención de que fuera The Beatles con todos sus defectos. Se realizó una sesión de fotos para la portada que imitaba la de su álbum debut de 1963, Please Please Me, y la idea inicial era de lanzar un álbum llamado “Get Back” ese verano, lo que finalmente se abandonó.

Johns nuevamente compiló una versión del álbum para acompañar la película que estaba casi terminada a principios de enero de 1970. Esta versión reflejaba el deseo del grupo de que la banda sonora incluyera las nuevas canciones que se tocaban en la película, aunque no incluía una versión completa de “I Me Mine” de George (que aparece en el filme con John y Yoko bailando el vals en Twickenham mientras los otros tres tocan). Por ello Paul, George y Ringo regresaron al estudio el 3 de enero de 1970 para grabar la canción, donde se quedaron dos días y agregaron doblajes a “Let It Be”.

Pero ese esfuerzo también se archivó y se acabó reclutando al legendario productor estadounidense Phil Spector para terminar el proyecto. La decisión de éste de agregar más grabaciones corales y orquestales  por encima de tres de las canciones enfureció a Paul McCartney: “Agregó todo tipo de cosa, – damas cantantes en ‘The Long And Winding Road’ – un respaldo que quizás yo no habría puesto. Quiero decir, no creo que lo haya convertido en el peor disco de la historia, pero el hecho de que ahora la gente estuviera poniendo cosas en nuestros discos, algo que ciertamente uno de nosotros no sabía, estaba mal”.

Finalmente, mucho más de un año después de que se completaran las sesiones, el 8 de mayo de 1970 Let It Be estaba listo para su lanzamiento. La contraportada proyectaba que se trataba de “un álbum de la nueva fase de los Beatles…” pero en realidad, aunque en aquel momento estaba siendo prensado (las copias iniciales venían en una caja completa con un lujoso libro de fotos en muchos países), el grupo ya no existía. Si bien es posible que el álbum no haya sido realmente su declaración final, en lo que respecta al público, este fue el sonido de los Beatles dejándolo ser.

Let It Be se puede comprar aquí.

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