‘Pop’: Un disco de ‘amor, deseo y fe’ por parte de U2
Bono dijo que el noveno álbum de U2, que incluía el exitoso primer sencillo ‘Discotheque’, trataba sobre la crisis en el amor, el deseo y la fe.
Decía una reseña que no se trataba tanto de reinventarse como de redescubrirse. The Edge dijo que era un disco de múltiples identidades, mientras que Bono dijo que era acerca de la crisis del amor, deseo y fe. “Lo de siempre”, añadió.
El álbum en cuestión era Pop, noveno lanzamiento de estudio de U2 que vio la luz en marzo de 1997, a más de tres años y medio después de su predecesor Zooropa. Al haber sido su pausa más larga entre álbumes, ese tiempo les otorgó el espacio para enfocarse con más detenimiento que nunca a proyectos externos y, como sucede en los entornos creativos más sanos, eso solo le añadió más riqueza a las ideas que informarían el nuevo disco.
A finales de 1993, justo antes de que Frank Sinatra cumpliera 78 años, se lanzó su primer proyecto de Duetos en el que emparentaba su voz con Bono en “I’ve Got You Under My Skin”, escrita por Cole Porter. El álbum vendió más de tres millones de copias sólo en Estados Unidos. Además de eso, unos meses más tarde, el líder de U2 tuvo el honor de entregarle su premio Living Legend en los Grammy al llamado “Chairman Of The Board”.
1994 fue un año tanto de dar como de recibir. En enero, Bono indujo al fallecido Bob Marley en el Salón de la Fama del Rock and Roll en Nueva York; en mayo, aceptaron el Premio Especial por Logros Internacionales en los Premios Ivor Novello en Londres. En otoño, U2 interpretó ‘Can’t Help Falling In Love’ para un homenaje televisivo a Elvis Presley.
En 1995, el vídeo ZOO TV — Live From Sydney ganó un Grammy, esto en el mismo año en que U2 interpretó la atmosférica “Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me” para la banda sonora de la película taquillera, Batman Forever.
Otros trabajos fascinantes que surgieron en ese año incluyeron a al proyecto Passengers, que incluían a Bono, The Edge y Brian Eno cantando “Miss Sarajevo” en el concierto War Child de Luciano Pavarotti en Módena, Italia; así como la versión de Bono de “Hallelujah” para un álbum tributo a Leonard Cohen, e incluso un dueto electrónico con Marvin Gaye en “Save The Children”. Adam Clayton y Larry Mullen Jr. tuvieron un éxito en el Top 10 con su versión de “Theme From Mission: Impossible” de Lalo Schifrin, para la reciente interpretación cinematográfica de esta franquicia protagonizada por Tom Cruise.
Pero fue en mayo de 1996 cuando U2 dio un primer aviso de su regreso como grupo. Con las sesiones para el nuevo álbum ya en marcha, anunciaron planes para una extensa gira mundial en la primavera siguiente. Para las sesiones de grabación se utilizaron los estudios Hanover Quay de Dublín, The Works y los siempre presentes Windmill Lane Studios, al igual que los South Beach Studios de Miami.
Mark “Flood” Ellis, quien figuró antes como co-productor en Zooropa, se convertiría en el responsable principal de Pop, con el trabajo adicional del artista y productor escocés Howie B. y el creador de tendencias de dance, Steve Osborne. Las sesiones dieron lugar a quizás la mayor variedad de sonidos, sampleos, riffs y ritmos escuchados hasta ese momento en un álbum de U2. Puede que el primer sencillo se llamara “Discotheque”, pero esto no significaba que sería un disco de dance convencional.
Al contrario, significó el siguiente salto audaz dado por una banda decidida a mantenerse a la vanguardia y adelantarse al resto, como lo demuestran las producciones ásperas y llenas de adrenalina como “Mofo” y el episódico “Last Night On Earth”. “Pop es un álbum mágico”, afirmó Howie B de manera entusiasta. “Lo escucho y encuentro música, canciones, ritmos. Me alegro de haber tenido algo que ver con ello”.
NME, entre otros, pregonó que U2 se había “pasado al dance”, pero la verdad era mucho más compleja. Es cierto que la banda había asimilado influencias de la cultura de club, pero Pop estaba lejos de definirse por los beats por minuto. Contenía demasiadas dimensiones para calificarse como tal: “Staring At The Sun”, por ejemplo, tenía toques acústicos y texturas de guitarra casi psicodélicas; “Miami” era espaciosa y sobria, “The Playboy Mansion” era un funk discreto, “If You Wear That Velvet Dress” era deliberadamente introvertida.
En ese artículo de NME, donde describía a los miembros de la banda como los “nuevos sumos sacerdotes del posmodernismo”, Bono se animó a analizar minuciosamente el proceso de producción. “Nos interesa la división celular”, dijo. “Tomas una canción y dejas que la interprete alguien a quien respetas, como David Holmes, David Morales o Howie B. Hacen mezclas de estas canciones, que representa el aspecto dance.
“Eso es lo que solía ser el jazz. El compositor escribía la melodía y luego alguien más la interpretaba de otra manera. La diferencia es que no nos limitamos a cultivarla, sino que colaboramos por elección propia, o a veces, simplemente al estar juntos en el estudio. ¡Creo que si hubiéramos hecho una melodía totalmente dance y la hubiéramos llamado ‘Discotheque’ habría sido un poco obvio!
“Discotheque” encabezó las listas desde Irlanda hasta Italia, de Noruega hasta Nueva Zelanda, y se convirtió en su tercer número uno en el Reino Unido. Un mes después, Pop encabezaría las listas en 35 países, al volverse otro éxito que vendió siete millones. Después de esto, se fueron de vuelta a las giras.
Una caravana de 31 países
Esa promesa de volver a salir de gira se confirmó en una conferencia de prensa celebrada en un K-Mart del East Village de Nueva York. El PopMart World Tour, según anunció U2, viajaría con las pantallas de video más grandes del planeta. Prometieron visitas a 20 países, pero esa promesa quedó corta a la realidad: PopMart haría escala en 31, fácilmente su mayor emprendimiento global hasta la fecha.
La expedición comenzó en Las Vegas en la primavera de 1997, llegó a Europa en el verano y luego regresó a América del Norte en el otoño. A principios de 1998, U2 visitó Sudamérica donde tocaron en recintos sólo accesibles para los verdaderos gigantes, como el Maracaná de Río y el Estadio River Plate de Buenos Aires. La última parte de la gira tuvo lugar en estadios de Australia, Japón y Sudáfrica.
Quizás para disminuirle importancia a esa idea de que habían desertado el rock para alinearse con el dance, el bis de ese último concierto en el Estadio de Johannesburgo los hizo pasar de “Discotheque” a “We Are Family” de Sister Sledge y “Love To Love You Baby” de Donna Summer. En todas partes, la respuesta del público a los más grandes conciertos en la historia de U2 fue de completo éxtasis.
Lee las historias detrás de cada uno de los álbumes de estudio de U2 en secuencia y escucha lo mejor de U2 en Apple Music y Spotify.
A más de 20 años después de sus orígenes como una banda de escuela en Dublín, sus aventuras—tan grandes como el mundo—hicieron que Mullen reflexionara sobre lo que tenían y lo raro que eso era. “En Dublín, aún vivimos a 20 minutos de distancia entre nosotros”, dijo al Irish Independent. “Pasamos mucho tiempo juntos. Otras bandas, cuando llegan a nuestra edad, hay un par de celos, hay problemas con los managers”.
“Hemos tenido la suerte o la sabiduría necesaria [para seguir juntos] y podemos dedicar nuestra energía a estar en U2. Somos muy afortunados y te diré que ha sido hasta esta gira que a diario comencé a darme cuenta de eso”.