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‘Paul’s Boutique’: el álbum de Beastie Boys que redefinió al hip-hop

Al inicio, ‘Paul’s Boutique’ tuvo un éxito discreto, pero su inventiva ahora lo aclama como una de las piedras angulares del hip-hop.

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Beastie Boys Paul's Boutique
Portada: Cortesía de Capitol Records

Cuando los Beastie Boys se reunieron para grabar la continuación de su debut, Licensed To Ill, ya estaban metidos en todo un lío. Aquel primer álbum contaba con ganchos de rock, raps duros y sencillos llenos de energía que ayudaron a que el disco alcanzara el status de disco platino en muy poco tiempo. Pero la parodia que MCA, Mike D y Ad-Rock hacían de la cultura de los chicos de fraternidad amenazaba con convertirse en un grillete todavía más pesado que la cadena de Volkswagen que Mike D llevaba en el cuello.

Tres años más tarde dejaron Def Jam, firmaron con Capitol y se instalaron en casa de The Dust Brothers con la intención de crear un segundo álbum que les quitara la etiqueta de “banda de un solo hit”. Quiso el destino que cuando los Beastie Boys se encontraron con este dúo de productores, ellos estaban trabajando en un complejo mosaico de ritmos, canciones, fragmentos de diálogos y cualquier otra cosa que cayera en sus manos. Esos sonidos hicieron que las cabezas de los Beastie Boys explotaran y visualizaran su futuro a través de este tipo de collage musical alegremente anárquico y lo tomaron como la base estética de lo que se convertiría en Paul’s Boutique.

Recientemente nombrado uno de los 100 mejores álbumes de todos los tiempos de Apple Music, escucha Paul’s Boutique ahora.

“Muchos de los temas provienen de canciones que [The Dust Brothers] habían planeado lanzar a los clubes como instrumentales” dijo Ad-Rock más tarde a la revista británica Clash. “Se sorprendieron bastante cuando dijimos que queríamos rimar en ellos, porque pensaron que eran demasiado densos”. Los Brothers se ofrecieron a quitar los ritmos de las pistas, pero los Beasties objetaron y rápidamente se pusieron a trabajar escribiendo canciones adicionales con sus nuevos colaboradores.

Lanzado el 25 de julio de 1989 y bautizado con el nombre de una tienda de ropa ficticia, Paul’s Boutique (en realidad Lee’s Sportswear, ubicada en el Lower East Side de Manhattan; la funda del vinilo se desplegaba para revelar una foto panorámica de la esquina de las calles Ludlow y Rivington) inicialmente confundió a los aficionados que buscaban más de la bravuconería de Licensed To Ill. Sin embargo, con el tiempo comenzó a ser aclamado como una de las piedras angulares del hip-hop.

Paul’s Boutique corre alegremente a través de sampleos de todo tipo, desde The Beatles hasta Johnny Cash (el álbum ha generado sitios web enteros dedicados a rastrear las fuentes, estimados entre 100 y 300 sampleos). Con esto, dejó claro las posibilidades creativas del hip-hop en aquel momento, una época previa a las grandes demandas por el uso de sampleos en este tipo de música. Aunque todos los involucrados insisten en que los sampleos fueron aprobados, los 250.000 dólares que supuestamente se gastaron en ello no son nada comparados con las tarifas por los derechos de licencia actuales. Tan pronto como los Beasties y compañía abrieron las compuertas, las cerraron nuevamente. Sería imposible hacer un disco como Paul’s Boutique hoy en día.

A juego con la alucinante variedad de sampleos se encuentra la propia gama estilística de Beastie Boys. “Hey Ladies” es un corte funky y auto satírico que muestra al trío en su forma más seductora (“Sigue el ritmo, avanza hacia el viaje/Tengo la mente abierta, así que ¿Por qué no entran todos?”), mientras que “Shake Your Rump” es ese gran track para dar inicio a una fiesta. Por su parte, los bajos al estilo Miami Bass también tienen una destacada aparición en “Hello Brooklyn” (parte del tour de force final de 12 minutos que es la suite de nueve partes “B-Boy” Bouillabaisse”). Mientras tanto, “5-Piece Chicken Dinner” es un estridente baile de 20 segundos que se sumerge de lleno en “Looking Down The Barrel Of A Gun”: un guiño a la primera encarnación de los Beastie Boys como grupo punk y una señal hacia uno de sus grandes momentos creativos del futuro, “Sabotage”.

En “Egg Man”, el trío resucitó a sus personajes de tipo chicos de fraternidad con el propósito de demostrar hasta dónde había llegado con su destreza lírica. Es una canción que reemplaza casquillos de bala con cáscaras de huevo y cuenta una historia sobre una estúpida matanza callejera. El track es un ejemplo de la “bravuconería de tipo duro” que Rolling Stone recogió en una reseña que admitía que, a pesar de todo, era “una tontería inteligente e hilarante”.

En su reseña para Playboy, Robert Christgau dijo: “Con su estilo irresponsable y ejemplar, se burlan del uso indebido de drogas, el racismo, las agresiones y otros vicios reales de los que los tontos podrían acusarlos”. Tontos, desde luego. Puede que Paul’s Boutique haya sido un proceso lento al principio, pero cualquiera que hubiera catalogado a los Beasties como oportunistas que habían dejado atrás su “batalla por su derecho a salir de fiesta” (“Fight for your right to party”) pronto se sentiría avergonzado. Parafraseando al propio grupo: dejando atrás las nuevas tendencias del hip hop y tirando a patadas todas las expectativas de esta comunidad musical, los Beastie Boys habían alcanzado un nivel de MCs que no se puede conseguir de una forma convencional.

Puedes adquirir Paul’s Boutique aquí.

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