‘Odessa’: Cómo Los Bee Gees Hicieron Su Propio ‘Sgt. Pepper’
Con el lanzamiento de la banda sonora de ‘Saturday Night Fever’, los Bee Gees ayudaron a que la música disco explotara de forma masiva, marcando a otros el camino a seguir.
Odessa, el extraordinario álbum conceptual de los Bee Gees, a veces es ignorado luego que el hermano mayor Barry y los gemelos Robin y Maurice Gibb se reinventaran como los reyes de la música disco. Sin embargo, este tremendamente ambicioso álbum doble—lanzado el 30 de marzo de 1969—ha sido reevaluado por la crítica en años recientes.
Escucha Odessa en Apple Music y Spotify.
En un principio, el álbum conceptual de 17 canciones desconcertó a algunos fans, a pesar de presentar una rica mezcla de estilos. Con el tiempo, Odessa ha sido aclamado por su audaz combinación de rock, pop, country, ópera y música clásica y barroca. Barry Gibb dijo que el trío concibió esta asombrosa mezcla de géneros musicales como una “ópera rock” (el álbum originalmente se iba a llamar An American Opera) y fue lanzado dos meses antes que Tommy de The Who.
“Una imaginación increíble y maravillosa”
Robert Stigwood, el hombre que convirtió a los Bee Gees en un fenómeno cultural en los ‘70s, fue el productor del álbum y proclamó que la canción de apertura, “Odessa (City On The Black Sea)” era uno de sus temas favoritos de Bee Gees. Dicha canción fue escrita por los tres hermanos en 1968 y cuenta la historia del superviviente de un barco británico ficticio llamado Verónica que flota sobre un iceberg en el mar Báltico. “Barry tiene una imaginación increíble y maravillosa”, dijo Stigwood al momento del lanzamiento del álbum, el cual salió al mercado a través del sello Polydor, “y esto se muestra en la letra de ‘Odessa,’ siendo esta una de las mejores canciones pop jamás escritas”.
El tema contaba con la mezcla inusual de Maurice Gibb en la guitarra flamenca y Paul Buckmaster, el compositor ganador del Grammy, al violonchelo. La banda había trabajado con Buckmaster el año anterior durante una gira por Alemania y pensaron que sus contribuciones serían ideales para la canción. Más tarde, Buckmaster se convertiría en arreglista de Elton John.
Los Bee Gees grabaron el álbum en Nueva York y en los estudios Trident e IBC de Londres; y en esa época, los gemelos Robin y Maurice aún eran adolescentes e intentaban aclimatarse a las demandas que la fama les había traído tras el éxito de hits como “New York Mining Disaster 1941”, “Massachusetts” y “I’ve Just Got To Get A Message To You” durante los dos años previos.
“Teníamos todas estas influencias locas”
De origen británico, los hermanos Gibb habían crecido en un pueblo aislado de Australia donde su padre, quien era director de orquesta, los había alentado a convertirse en estrellas infantiles. Habían absorbido muchas influencias escuchando la radio, desde los Everly Brothers pasando por Lonnie Donegan y hasta The Goons. “Nuestra música se convirtió en una mezcla muy particular porque teníamos todas estas influencias locas que tomamos al crecer en Australia”, dijo Barry Gibb en 2009. “Teníamos intenciones honorables con Odessa. Queríamos hacer algo que pudiera montarse en escena. Se suponía que habría una temática que uniera todo pero simplemente perdimos el camino”.
“First Of May”, que mostró la desgarradora voz principal de Barry, se lanzó como sencillo y destaca por los majestuosos arreglos orquestales de Bill Shepherd. Otros temas que destacan dentro del disco son “Black Diamond”, “Melody Fair” y “Marley Purt Drive”; esta última en la misma corriente que The Band y contando con Vince Melouney en la guitarra principal, siendo esta la última colaboración de Melouney con los Bee Gees. Otros músicos que aparecen en el disco son Colin Peterson en la batería del álbum, mientras que Bill Keith (banjo) y Tex Logan (violín) tocan en el “tributo al square dance” de música country en “Give Your Best”.
La banda admitió más tarde que, al momento de la salida de Odessa, estaba “rendida”, y poco después, se decidió hacer pausa. “Estábamos exhaustos tanto mental como emocionalmente”, recordó Barry. Aunque los siguientes años fueron complicados, y les resultó difícil conseguir presentaciones a principios de los ‘70s tras su reanudación de actividades, les esperaba un futuro brillante, culminando con la banda sonora de Saturday Night Fever que llegaría a vender 45 millones de copias.
Reflexionando sobre Odessa, Maurice ofreció un recuento equilibrado de sus méritos. “Hay todo tipo de áreas diferentes en ese disco. Sube y baja en algunas partes pero mucha gente lo considera como nuestro Sgt. Pepper”.