Bob Marley & The Wailers – Uprising

Uprising fue el último álbum de Bob Marley lanzado en vida. El día que llegó a las tiendas, el 10 de junio de 1980, Marley and the Wailers abrió el concierto de Fleetwood Mac en el Reitstadion de Munich, recinto con capacidad para 69.000 personas. Fue la segunda noche de la gira Uprising, un recorrido europeo que lo llevó a algunos de los lugares más grandes del continente y a varios países en los que no había tocado antes, incluyendo Suiza, Irlanda, Escocia e Italia. El 27 de junio, como cabeza de cartel en el estadio San Siro de Milán, Marley and the Wailers atrajó a una multitud de 120.000 personas, lo que se recuerda como un récord de asistencia de todos los tiempos para un concierto en Italia y en toda Europa dentro de un estadio. El 7 de junio en el Crystal Palace Bowl, con capacidad para 15.000 personas, subió a un escenario que daba a un estanque en el parque de Londres. Muchos fanáticos se metieron al agua que les llegaba hasta la cintura mientras que otros trepaban (y se caían) de los árboles para tener una mejor vista del concierto.

La porción europea de la gira terminó el 13 de julio de 1980 en New Bingley Hall, Stafford luego que Marley regresara a Londres para tomarse un descanso antes de comenzar la gira estadounidense. Ya habían pasado tres años desde que le detectaron cáncer en el dedo gordo del pie y su salud era motivo de creciente preocupación.

Marley siguió adelante. “Could You Be Loved”, el primer sencillo de Uprising, se convirtió en un gran éxito en el Reino Unido (Nº 5) y en toda Europa. “Could You Be Loved”, la cual fue una adaptación sensacionalmente genial de un ritmo de reggae para las las listas pop-disco, también se convirtió en un favorito del verano en las pistas de baile de Estados Unidos donde arrasó en la radio urbana, aumentando la popularidad de Marley en ese sector del mercado más que cualquier otra de sus canciones, tanto previas como póstumas.

Así que fue con una sensación de entusiasmo renovado que la banda volvió a reunirse para comenzar el tramo estadounidense de la gira Uprising en el Auditorio JB Hynes en Boston, esto el 16 de septiembre de 1980. Dos presentaciones en el Madison Square Garden, el 19 y 20 de septiembre, encontraron a Marley y los Wailers compartiendo el cartel estelar con los Commodores, una combinación bastante contrastante tanto de estilos musicales y como de presentación que dejó sin dudas al crítico del New York Times acerca de quién había salido victorioso en esta competencia: “Después de la entrega vocal intensa y presencia eléctrica en el escenario del Sr. Marley, los Commodores fueron una decepción”, informó.

Sin embargo, al día siguiente, Marley colapsó mientras trotaba en Central Park. Un examen médico reveló que el desmayo había sido causado por un tumor cerebral. Pruebas posteriores confirmaron que el cáncer se había extendido a sus pulmones, hígado y cerebro, y no pararía de propagarse. Delgado y débil pero decidido, Marley ofreció, dos días después, la que sería su última presentación en vivo en Pittsburgh, Pensilvania, el 23 de septiembre.

Aunque inicialmente le dieron un pronóstico de diez semanas de vida, la espera del fallecimiento de Marley duró otros ocho meses durante los cuales visitó clínicas especializadas en Nueva York, Miami y México antes de terminar sus días al cuidado del Dr. Josef Issels en Bavaria, Alemania. Marley murió el 11 de mayo de 1981 en Miami, Florida, en ruta de Alemania a Jamaica. Tenía 36 años.

Ya sea que Marley sospechara o no que se le estaba acabando el tiempo mientras estaba haciendo Uprising, su declaración musical final fue un álbum cargado de una resonancia emocional increíble. Al igual que Survival antes de este, Uprising era una colección profunda y seria de canciones que exploraban temas de gran fervor sobre el pecado y la salvación.

En “Real Situation” parecía que el apocalipsis estaba cerca. “Destrucción total, la única solución”, cantó Marley mientras los Wailers despegaba con un skank extrañamente alegre. “Zion Train” fue una exhortación más positiva a las multitudes de todo el mundo para unirse al tren con destino al cielo. “Tienes un boleto, así que da gracias al Señor”, cantó Marley como el predicador del evangelio rastafari que claramente era. “We And Dem”, con un ritmo más sombrío, era un mensaje severo sacado directamente del Antiguo Testamento: “Alguien tendrá que pagar…/Es lo que dice la Biblia”. Aún más lento y más sacramental fue la despedida al Señor de “Forever Loving Jah” en el que Marley cantó “Entonces, Viejo Señor Río, no llores por mí / Tengo un torrente de amor, ya ves”.

Grabado en el estudio Dynamics en una zona industrial desolada cerca de Trench Town, Uprising fue el décimo álbum de la banda para Island Records y fue producido por Marley and the Wailers con la firme orientación general de Chris Blackwell. Cuando Marley le presentó por primera vez a Blackwell las canciones que tenía la intención de incluir en el álbum, Blackwell le aconsejó que agregara un par de números más alegres para restablecer el equilibrio al escuchar estas canciones lentas y serias. Marley lo complació debidamente con “Could You Be Loved”, que se convirtió en el mayor éxito del álbum, y “Coming In From The Cold”, una canción animada y optimista que fue elegida como la canción introductoria.

Sin embargo, el tema que realmente definió a Uprising y se convirtió en una elegía apropiada para la estrella de reggae más grande que el mundo jamás haya visto fue la canción de cierre, “Redemption Song”. Una balada descarnada cantada por Marley acompañado solo por su guitarra acústica, esta era una canción y una interpretación como ninguna otra que hubiera grabado anteriormente. El arreglo sencillo – tan escueto que en realidad no tenía nada que lo identificara como una canción de reggae – se logró con el apoyo del astuto Blackwell. Y las palabras nos mostraron una ventana al alma del cantante.

Ningún otro artista importante ha compuesto e interpretado su propio epitafio con una puntualidad tan perfecta y que tuviera un efecto tan conmovedor. “Redemption Song” fue una de las últimas canciones que Marley escribió y grabó, y el último sencillo lanzado antes de morir. También fue una de las últimas canciones que interpretó en vivo en público. Sentado en un banquillo y sin ningún acompañamiento en el escenario del Teatro Stanley de Pittsburgh, Marley cantó como atravesando un velo de tristeza insoportable, como rindiendo cuentas de sí mismo ante su público y su Dios: “¿No ayudarás a cantar/Estas canciones de libertad? / Porque son todo lo que tengo / Canciones de redención”.

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