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‘Just Another Band From LA’: el adiós de Zappa a The Mothers Mk. II.

Lanzado en marzo de 1972, el álbum marcó el final de una era.

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Just Another Band From LA
Portada: Cortesía de Universal Music

Lanzado en marzo de 1972, Just Another Band From LA marcó el final de una era para Frank Zappa y The Mothers of Invention. El álbum se grabó en el Paulley Pavilion de la Universidad de California, en Los Ángeles, en agosto de 1971 – apenas unos meses antes de que la alineación con Flo & Eddie en la banda llegara a su final.

Las heridas que Frank Zappa sufrió en el Rainbow Theatre, en Londres, en diciembre de 1971 significaban que salir de gira era impensable en el futuro previsible y The Mothers – Aynsley Dunbar (batería), Howard “Eddie” Kaylan (vocalista), Jim Pons (bajo) , Don Preston (teclados), Ian Underwood (teclados) y Mark “Flo” Volman (vocalista – se disolvieron. A pesar de la gravedad de la situación de Zappa, el compositor se mantuvo ocupado en la grabación de los clásicos de jazz fusión, Waka/Jawaka y The Grand Wazoo y produciendo y participando en el álbum For Real!  De Ruben And the Jets, a la vez que escribía un musical que nunca se realizó, Hunchentoot.

Escucha el álbum Just Another Band From LA  de Frank Zappa and the Mothers of Invention ahora.  

Zappa también aprovechó su convalecencia para revisar cintas de presentaciones en vivo que se habían grabado con su recién comprada grabadora Scully de cuatro pistas. Consideró que el lanzamiento de una de estas presentaciones podría ser una forma de compensar a The Mothers, según declaró en 1972 para Sounds: “Empecé a pensar en formas en las que pudiera conseguir dinero para los demás, porque nuestra gira se tuvo que detener y fueron como seis presentaciones que no hicimos… Tenía una cinta de un concierto que dimos justo antes de la gira por Europa, así que decidí lanzarla como álbum y conseguí negociar un contrato en el que se le diera a cada miembro del grupo un adelanto de 2,000 dólares, que es mucho más de lo que se les hubiera pagado en circunstancias normales”.

Esa no fue sólo una buena forma de asegurarse de que se les pagara de manera justa, sino que el lanzamiento de la versión editada del concierto en el disco Just Another Band From LA marcó la pauta de un nuevo método de trabajo para Zappa. De ahora en adelante, las grabaciones en vivo se convertirían en parte intrínseca de su metodología de trabajo. A medida que su archivo crecía, también aumentaba la cantidad de material a su disposición para editar y manipular – hasta convertirse en otro instrumento para su estudio.

Claro que estos eran los inicios solamente y Just Another Band From LA fue un proyecto relativamente sencillo. El ingeniero de grabación, Barry Keene, resumió el proceso: “Grabé a la banda con sólo dos micrófonos. En lugar de utilizar docenas de micrófonos, hice la mezcla usando los controles de volumen de los amplificadores de cada instrumento. Les dije que si necesitaban escuchar su instrumento más fuerte, le tendrían que pedir a un roadie que les levantara y acercara el amplificador. El punto es que si le subían el volumen a su amplificador, arruinarían el álbum. Confiaron completamente en mí y como resultado, el sonido que se escucha en el álbum es su sonido – no una mezcla de estudio. Grabé directo a cuatro pistas. Después, Frank y yo mezclamos de 4 a 2 en el estudio Bolic Sound de Ike Turner, en Inglewood. Fue una noche memorable. Estoy seguro de que todos la recordamos bien”.

“Frank todavía se estaba recuperando de sus heridas… Yo lo llevaba al estudio en un colchón que colocaba en la parte de atrás de mi camioneta de carga Chevy del 47… Lo movía de la Chevy a su silla de ruedas y lo llevaba al estudio de grabación para que supervisara mientras yo mezclaba”.

El resultado fue una grabación vibrante y dinámica que muestra las fortalezas de lo que muchos fanáticos llamarían la era “vodevil” de la banda. El lado a del vinilo original estaba totalmente ocupado por la colosal “Billy The Mountain”, la suite de casi 25 minutos podría considerarse la respuesta de Zappa a la moda de las “rock  operas” de esos días – incluidas Tommy de The Who y SF Sorrow de Pretty Things. La absurda trama sigue a Billy, una montaña, y a su esposa, Ethel (un árbol que crece sobre Billy). Billy recibe de manera inesperada un pago de regalías en compensación por todas las fotos que se le han tomado en el transcurso de los años y la improbable pareja decide tomar unas vacaciones y, a su paso por Estados Unidos, van dejando una estela de devastación (“el primer lote de bienes raíces importante que destruyen es la Base Edwards de la Fuerza Aérea” – donde había trabajado el padre de Zappa). Billy, en su viaje, evade el servicio militar y se asigna a uno de los mejores agentes del servicio secreto, de nombre Studebacker Hoch, para atrapar a la montaña. Al final, Hoch cae en la boca de Billy y sufre una caída de 60 metros. ¿La moraleja de la historia? “No quieres meterte con una montaña”. Sabias palabras.

Puede que la narrativa fuera surreal y extravagante, pero a Zappa le permitía intercalar un sinnúmero de referencias – los restaurantes Howard Johnson, los teletones presentados por Jerry Lewis, Ron Hubbard, las tiendas departamentales Gimbels, Neil Sedaka – y crear un panorama general de la vida de los estadounidenses a finales de la década de los 60. La música le hacía segunda, con citas de “Suite: Judy Blue Eyes”, de Crosby, Stills and Nash, “Over The Rainbow”, del Mago de Oz, “Wild Blue Yonder” (la canción oficial de la Fuerza Aérea estadounidense), “The Star Spangled Banner” y “Johnny’s Theme” del Tonight’s Show entrelazadas en ese salvaje tapiz.

“Billy The Mountain” también hizo patente la destreza y precisión de la ejecución durante esta era de The Mothers y el histrionismo de Kaylan y Volman como vocalistas. La gimnasia vocal del dueto y su inclinación por un humor burdo le dieron al trabajo de Zappa un toque especial durante este periodo, en el que el compositor claramente compuso material adecuado para estos cantantes. También hicieron gala de su capacidad de improvisación – “Billy The Mountain” representó una gran oportunidad para el que el dueto insertara referencias locales, para deleite del público en todas partes de país. También, el registro de dos cantantes le significaba a Zappa la oportunidad de reinventar material, como la versión pesada y despreocupada de “Call Any Vegetable” del Absolutely Free que se incluye aquí. Sin embargo, sus intentos humorísticos podían resultar fuera de lugar, como en “Magdalena”, una colaboración de Kaylan y Zappa. Zappa en ocasiones utilizaba temas crudos para ridiculizar a la escoria de la sociedad – aquí, lo hace para divertir.

El final es una pieza de contraste, una versión de “Dog Breath” del Uncle Meat dominada por un solo de guitarra pesado y frenético con wah wah de Zappa, que anuncia los épicos solos que definirían sus actos en vivo durante el resto de la década. Just Another Band From LA es un álbum que marca el final de una era y logra marcar la dirección en la que Zappa se dirigiría.

Escucha ahora Just Another Band From LA de Frank Zappa and the Mothers of Invention.

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