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‘Zoot Allures’: los motivos por los qué este clásico de Frank Zappa todavía brilla

Excelente en todos los sentidos, ‘Zoot Allures’ nos mostró a un Frank Zappa que colabora con Captain Beefheart, produce música disco y pone su mira en la música ambient.

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Frank Zappa Zoot Allures
Cover: Courtesy of Universal Music

A pesar de que Frank Zappa fue un artista enormemente prolífico, aún así es sorprendente pensar que Zoot Allures de 1976 fue su álbum número 22. En este disco Zappa le dio una vez más la bienvenida a Capitán Beefheart. Así fue que Don Van Vliet añadió su armónica a un par de cortes: “Ms. Pinky” y “Find Her Finer”. Como siempre sucede con Zappa, en este disco hay que lidiar con un poco de sorpresas. En este caso, la portada del álbum muestra a los acompañantes de Zappa, Patrick O’Hearn y Eddie Jobson, aunque ellos en realidad no tocan aquí. Zoot Allures también tiene un título típico de Zappa, lleno de juegos de palabras que son a la vez una parodia a la trillada exclamación “¡Zut alors!” e (intencionalmente o no) una referencia al zoot suit (el traje de los llamados “pachucos”) de la posguerra.

Aunque Zappa se sentía como en casa grabando sus álbumes en Record Plant Studios, sus favoritos en Los Ángeles, donde también se realizó la mezcla de éste, cuenta la leyenda que existe una mezcla diferente de Zoot Allures realizada en Jacksonville, Florida. Cualquiera que sea la verdad, el resultado final es la personificación misma de Zappa: progresivo, enfocado en la fusión y el funk, y dando latigazos de hard metal en los márgenes, sin olvidar sus distintivas letras escabrosas.

Escucha Zoot Allures en Apple Music y Spotify.

La canción que abre el disco, “Wind Up Workin’ In A Gas Station”, establece el talante del disco y transmite la noción de que las personas inteligentes también terminan haciendo trabajos de baja categoría. Zappa y el ingeniero Davey Moiré modulan la voz principal (cantada en vivo por Bianca Odin, también conocida como Lady Bianca), con Frank haciendo pruebas en en el bajo, las guitarras y los sintetizadores, mientras que el confiable baterista Terry Bozzio ancla el ritmo en el fondo. Corta y muy aguda, la canción es realmente una broma en la que Zappa adopta un falso acento alemán. Al oírla, se hace innecesario decir si este fue o no uno de los tracks preferidos y más contundentes para tocar en vivo. “Black Napkins” le sube a las apuestas gracias a su larga y brillante parte de guitarra, algo que también se convertiría en un elemento recurrente de las giras posteriores. De hecho, ésta grabación se extrajo de una presentación en vivo de febrero de 1976 en Osaka, Japón.

El tema clave del álbum es quizás “The Torture Never Stops”. Anterior a la música ambient, le permite a Zappa cantar de una manera cercana y personal, dando una textura siniestra y maligna a una letra que es cantada al estilo de un club nocturno, aunque por un tipo de artista al cual no te gustaría encontrarte en un camerino oscuro. El lado uno del vinilo original empuja las vibraciones hasta detenerse con “Ms. Pinky”, que se refiere a una muñeca sexual y comienza con la frase: “Tengo una chica con una cabecita de goma/La enjuago todas las noches antes de irme a la cama”. Beefheart sopla, Ruth Underwood agrega más sintetizadores y el tema de la canción sigue en un tempo estándar de hard rock – garage con inquietas variaciones secundarias.

Dale la vuelta al disco y te adentrarás en el peculiar mundo de “Find Her Finer”, una canción que aconseja a los hombres a actuar como tontos, ya que eso les ayudará a conseguir sus nefastos deseos. El bajista Roy Estrada (un miembro original tanto de The Mothers como de Little Feat) agrega un falsete cómico para que el tono bizarro obtenga un cambio de estilo hacia el doo-wop. Esto permitió que “Find Her Finer” fuera lanzado como sencillo, aunque el público en general no entendió el chiste.

La instrumental “Friendly Little Finger” (cuyas sesiones originales datan de 1973 y 1975) van y vienen entre el suave zumbido de bajo de Medio Oriente de Zappa y un arreglo de metal clásico aumentado con trompetas y marimba. Este corte aparece justo antes de la revisión (de 1972 y ’73) de “Wonderful Wino”, donde los ritmos de fusión se van colando en torno a una canción que sirve como un homenaje salvaje a la borrachera. Aquí es también donde se encuentra una referencia a ese zoot suit antes mencionado.

La canción que da título a Zoot Allures es más instrumental y aparentemente fue una adición tardía al álbum, aunque después Zappa mantuvo la prisa para perfeccionarla en cara a las fechas en vivo que vendrían inmediatamente después. Sin embargo, en términos de ventas, la tarjeta de presentación del álbum fue el tema que lo cierra: “Disco Boy”, un golpe satírico a la tendencia dance predominante – con risas añadidas – que logró llegar a las listas de éxitos. Un buen pedazo de rock swing animado. La otra cara del sencillo era “Ms. Pinky”, ahora etiquetada como “Ms. Pinky, Bird Walk”.

En general, Zoot Allures satisface todo lo esperado de Zappa. Inclusive, él mismo lo remasterizó para CD más tarde en el UMRK (Utility Muffin Research Kitchen), el estudio de su casa. Además, el posterior arreglo al que llegó la Zappa Family Trust con Universal Music Enterprises logró encontrarle un nuevo hogar tanto en CD como en vinil. Más de 40 años después, Zoot Allures aún brilla.

Zoot Allures se puede comprar aquí.

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