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Los Beach Boys se convierten en los padrinos del dream pop

Cuanto más se profundiza en este periodo, más conexiones se pueden ver sobre todos los grupos que vinieron después.

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Beach Boys
Foto: Gijsbert Hanekroot/Redferns

Después de que la Era de Acuario se detuviera de golpe, los Beach Boys lanzaron un par de álbumes que pasaron desapercibidos en su momento. Pero, como sucedió con gran parte del catálogo de la banda, la gente se dio cuenta de la grandeza de Sunflower de 1970 y Surf’s Up de 1971 a tropezones a lo largo de las décadas. Con la colección de 2021 Feel Flows, que documenta las sesiones de esos álbumes junto con mezclas alternativas, demos, grabaciones en directo y mucho más, Sunflower y Surf’s Up empezaron a ser aclamados nuevamente. Una de las cosas más notables de esto es que se ha notado la deuda que el subgénero dulce conocido como “dream pop” le debe a parte de ese material.

Durante el último medio siglo, se han detectado algunos ejemplos del ADN de los Beach Boys en prácticamente todas las variantes del pop-rock. Del mismo modo que los rastros de los Beatles siempre han ocupado un lugar destacado en el tapiz del pop, el efecto de los antiguos rivales estadounidenses de los Fabs se ha sentido en cada paso evolutivo.

El power pop de principios de los 70 de Todd Rundgren y Big Star, el punk pionero de The Ramones y The Dictators, los toques neo-psicodélicos de los 80 de XTC y Game Theory, el indie pop de los 90 de Stereolab y todo el colectivo Elephant 6 (Apples in Stereo, Of Montreal, Olivia Tremor Control): todo sonaría muy diferente si Brian Wilson hubiera seguido a su padre en la fabricación industrial en lugar de seguir a  su corazón en la música. Pero eso es solo una parte de la historia.

El impacto de las innovaciones de los Beach Boys en los años 60, desde sus días de surf-rock hasta la brillantez del chamber-pop de Pet Sounds, es tan grande que se necesitaría una miniserie de Ken Burns para documentarlo por completo.

Hacia el final de la década, las cosas se estaban volviendo cada vez más complicadas para la banda, especialmente con el empeoramiento de la salud mental de Brian Wilson. Después de haber ingresado en un hospital psiquiátrico, éste solo pudo participar mínimamente en la grabación del último lanzamiento de los Beach Boys en los años 60, 20/20.

Los problemas empresariales y personales son parte de la historia de fondo de Sunflower de 1970. Sin embargo, la creatividad de la banda seguía floreciendo. “All I Wanna Do” es uno de los ejemplos más obvios de esta efervescencia, escrita por Brian con Mike Love, con la voz principal de este último. En términos estrictos de composición, no hay una enorme distancia entre esta canción de Sunflower y algunos de los temas de Pet Sounds, pero la producción la coloca en un lugar propio, con teclados y guitarras sedosos que rodean las volutas vocales de humo en lo que parece el equivalente musical de una secuencia onírica cinematográfica.

Aquí es donde el árbol genealógico del dream pop empieza a cobrar protagonismo. Cuanto más te sumerges en este período de los Beach Boys, más conexiones empiezas a ver en todos los grupos que les siguieron.

“All I Wanna Do” no es la única canción del álbum que lleva consigo una cierta nebulosidad: “Forever”, “Our Sweet Love” y “At My Window” parecen sus hermanas sonoras. Asimismo, las sesiones de Sunflower se asocian con las de Surf’s Up en la colección Feel Flows por más razones que las cronológicas. Entre la sensación submarina de la canción que da título a la antología y la perspectiva celestial de “Til I Die”, el parentesco entre los dos álbumes es claro, más aún en la cálida y brillante toma descartada de Surf’s Up, “Big Sur”.

Avanzamos rápidamente desde la era de Nixon hasta finales de los 80. La imagen predominante que la mayoría de la gente tiene de los Beach Boys posteriores a los 60 comienza y termina con el ambiente de vacaciones tropicales del que fue su más reciente éxito de regreso, “Kokomo”. En aquel mismo periodo, rockeros indie inquietos como la banda londinense Lush y el grupo de Nueva Inglaterra Galaxie 500 (y en 1990, Mazzy Star) estaban dejando atrás las composiciones llenas de angustia en favor de algo suave y lleno de remolinos de sonoros que con el tiempo se denominaría “dream pop”.

Aproximadamente una década más tarde, el dream pop y su subgénero hermano, el shoegaze, comenzaron a disfrutar de un resurgimiento que aún no ha perdido su popularidad. No hace falta ninguna sesión espiritista para detectar el espíritu de los Beach Boys en bandas como Radio Dept. de Suecia y el dúo francés M83, que son conocidos por mezclar tonos vaporosos con el lado más bucólico del britpop y el suave destello de la electrónica ambiental.

A mediados de la década, las columnas del dream-pop se estaban llenando con artistas como Panda Bear, Beach House y A Sunny Day in Glasgow. Panda Bear, también conocido como Noah Lennox, llevaba años construyendo grandes y estridentes castillos de avant-pop en el cielo tanto con Animal Collective como sin ellos, y todavía estaba presentando algunos sonidos experimentales en Person Pitch. Sin embargo, cuando su canción “Comfy in Nautica” se llenó de sonidos abiertamente al estilo Wilson, bañados en reverb, incluso los observadores menos entrenados  comenzaron a trazar líneas gruesas y de colores brillantes con temas como “All I Wanna Do” y similares de los Beach Boys (la influencia es aún más evidente en las mezclas a capella disponibles ahora en Feel Flows).

Era la época en la que Brooklyn se estaba convirtiendo en el centro del universo musical de los sonidos indie de vanguardia y el dream-pop underground lo confirmó con el nacimiento de grupos como School of Seven Bells, The High Places y Au Revoir Simone en Williamsburg y sus alrededores. Si bien este último es un grupo más orientado a la electrónica, cualquiera que no pudiera escuchar la conexión entre las armonías de Heather D’Angelo, Erika Forster y Annie Hart de Au Revoir Simone, y las de Brian y la banda, debió haber tenido sus audífonos llenos de lana.

En la década de 2010, la conciencia sobre los logros de los Beach Boys de principios de los 70 creció a la par de la continua evolución de la nación dream-pop. Los sonidos del período Sunflower/Surf’s Up y el profético “All I Wanna Do” fueron ampliamente promocionados por su continua influencia sobre este estilo de música. Esto se hizo más presente a medida que los sonidos del dream pop comenzaron a cobrar más protagonismo en distintas partes del espectro radial, como lo hicieron en Wild Nothing del multiinstrumentista Jack Tatum, la banda canadiense Alvvays y, a veces, incluso en las baladas noir de Lana Del Rey que encabezaban las listas de éxitos.

Cuando Feel Flows se lanzó en 2021, se percibió como un reconocimiento largamente esperado. Esa influyente, pero subestimada, etapa en el legado de los Beach Boys finalmente obtuvo el aclamo que merecía.

Compra o reproduce Feel Flows – The Sunflower y Surf’s Up Sessions 1969-1971.

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