‘Jefe de Jefes’: el éxito más clásico de Los Tigres del Norte
El álbum que llevó a la música norteña con acordeón a los niveles de éxito del pop.
Jefe de Jefes, el álbum clásico de Los Tigres del Norte, fue un gran éxito en el momento de su lanzamiento. Encabezó la lista Latin Albums de Billboard durante siete semanas, fue nominado a un premio Grammy en 1998 y consolidó su estatus como el grupo que llevó la música norteña basada en el acordeón a un nivel equiparable al pop. Pero quizás aún más importante es que Jefe de Jefes se erige como un disco perdurable sobre la experiencia de los inmigrantes de finales del siglo XX, con canciones francas sobre la vida laboral, la familia y las relaciones, llenas de patetismo, conflictos y humor. Grabado en el norte de California, hogar adoptivo de Los Tigres, forma parte indiscutiblemente del “Gran Cancionero Americano”.
La canción que da título al álbum comienza con un enigma: ¿Quién es el “Jefe de jefes”? ¿Será un arrogante capo de la droga ese del que habla la canción? Tal fue la especulación suscitada por el éxito de radio que según Billboard “los narcos estaban comprando los CD por caja”.
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Los Tigres fueron pioneros en hacer canciones que hacen referencia al narcotráfico y la violencia relacionada con él. Pero al hacerlo, el grupo se alejó de esos límites duros que hacen que muchas veces se comparen a los narcocorridos con el gangsta rap. De hecho, Jefe de Jefes adopta una cuidadosa postura antidrogas que se puede ver desde las imágenes del video de esta canción, el cual fue filmado en la antigua prisión de Alcatraz. También incluye relatos con moraleja, la frase “El Dolor de un Padre”, sobre la angustia de un padre después de la sobredosis fatal de un hijo, está escrita como una advertencia para los padres. La letra de “Las Novias del Traficante” aluden al inevitable callejón sin salida de cualquier relación con las drogas.
El papel de Los Tigres como guardianes políticos y defensores de la justicia social queda patente en canciones como “El Sucesor”, una analogía sobre las responsabilidades del cargo, y “El Prisionero”, una escalofriante canción que se refiere a asesinatos por motivos políticos en México. En Jefe de Jefes el grupo también aborda las complejidades de la vida en la frontera tanto en sentido literal como figurado. En “Mis Dos Patrias” y “Ni Aquí Ni Allá” se exploran seriamente algunas preocupaciones que en los años siguientes se convertirían en el centro del activismo del grupo. Los miembros de la banda son “grabados” discutiendo sobre la política de inmigración estadounidense antes de comenzar una versión acústica de “El Mojado Acaudalado”.
Aunque “Jefe de Jefes” sigue considerándose una balada de jefes del narcotráfico. Teodoro Bello, compositor de la canción, ha ofrecido una interpretación alternativa. Entrevistado en el documental de Los Tigres de 2022 Historias Que Contar, sugiere que no se trata en absoluto de un narcocorrido, sino más bien de una canción que podría ser un homenaje al mejor médico, al mejor bombero o al mejor taxista. Es probable que, a lo largo de los años, gracias a Los Tigres del Norte, la expresión “jefe de jefes” se haya utilizado efectivamente para elogiar a algunas personas de esas profesiones y más. Pero, lo más apropiado, es que también se ha convertido en un apodo usado por los fans para honrar a los propios Tigres del Norte.
