Paco de Lucía: La historia de la leyenda del flamenco mundial en 10 canciones
La leyenda mundial de la guitarra flamenca llevó a este género al público internacional de forma masiva
¿A quién considera Keith Richards como el mejor guitarrista del mundo? A Paco de Lucia. La leyenda mundial del flamenco llevó este género a audiencias internacionales de gran escala y aseguró la influencia perdurable de la guitarra española en el pop, el jazz, la música latina y mucho más. A lo largo de su notable carrera, De Lucia contó entre sus colaboradores con artistas tan variados como Carlos Santana, el jazzista de fusión John McLaughlin y el cantante pop Bryan Adams. Músicos como Rodrigo y Gabriela o Enrique Iglesias se encuentran dentro de sus legiones de fans
Escucha las mejores canciones de Paco de Lucía.
Un compositor virtuoso que no leía música, de Lucía era un hombre tranquilo que creía en la tradición del flamenco, en la magia de la improvisación, y sobre todo, en los resultados probados de la práctica constante. “Pasé las tres cuartas partes de mi vida solo tocando la guitarra”, dijo en una entrevista de 1988. “La música es mi idioma”.
Hijo de Luzia
De Lucía nació con el nombre de Francisco Sánchez Gómez en 1947 en un barrio obrero de la ciudad portuaria andaluza de Algeciras. El sonido de las calles y en su casa familiar era flamenco. Su padre era un vendedor de poca monta y un músico de medio tiempo, y Ramón, su hermano mayor, ganaría fama como el guitarrista flamenco Ramón de Algeciras. Paco comenzó su carrera al lado de su hermano Pepe, quien era cantaor, y actuaría y grabaría con sus hermanos durante toda su vida.
El hecho de que tanto Paco como Pepe adoptaran la grafía española del nombre de su madre de origen portugués, Luzia Gomes Gonçalves, da fé del lugar que ella ocupaba a los ojos de sus cinco hijos. Años después, tras su muerte, Paco grabó un álbum en su honor en 1998.
Para cuando comenzó la escuela primaria, Paco, un niño regordete y serio, estaba enfocado en la guitarra, aprendiendo los complejos estilos flamencos llamados palos. Más tarde escucharía obsesivamente las grabaciones del maestro de la guitarra española, Sabicas. (En 1989, De Lucia y otros honraron a Sabicas con un concierto en el Carnegie Hall).
De Lucía tomó su nombre artístico de su madre pero fue su padre quien inculcó una vena perfeccionista en su hijo. Viendo una posible salida de la pobreza para su crío, Antonio Sánchez sacó a Paco del colegio y le dijo que se enfocara en la guitarra. A los 10 años, según recuerda de Lucia, ya practicaba al menos ocho horas al día y actuaba localmente a dúo con Pepe. Siendo adolescentes, los hermanos fueron contratados por el bailaor de flamenco italoamericano y fundador del Ballet Clásico Español, José Greco, para unirse a su compañía y viajar a Nueva York. Una de sus presentaciones fue en The Ed Sullivan Show.
De Lucía tenía 20 años cuando grabó su primer disco como solista, anunciando su llegada con la profecía ostentosa y autocumplida del título: La fabulosa guitarra de Paco de Lucía, que incluía canciones de diversos estilos flamencos que hacían referencia a diferentes lugares de Andalucía y sus tradiciones en el género, incluido el fandango “Punta Umbría”, el cual se convirtió en un clásico instantáneo.
El mayor éxito del flamenco
La introducción de “Entre dos aguas” es inmediatamente reconocible inclusive para los escuchas que quizás no sepan mucho sobre flamenco o el nombre de Paco de Lucía. El tema se incluyó en Fuente y Caudal, el álbum de Lucía de 1973 que generalmente se reconoce como un parteaguas para la guitarra flamenca.
De Lucía pasó meses trabajando en las canciones de lo que sería su revelación discográfica. Todas excepto por “Entre”, el tema que se alzaría en las listas de éxitos de la radio española y que improvisó en el estudio cuando su productor le pidió que añadiera unos minutos de música para completar el disco. Una rumba cuya introducción funky refleja el ambiente a go-go de una época en España cuando la dictadura de Franco estaba llegando a su fin, de Lucía escribió la canción inspirándose en “Te estoy llamado locamente”, tema con tintes psicodélicos y gran éxito del dúo Las Grecas.
Cuando “Entre dos aguas” se convirtió en un éxito por sí mismo, gracias a un publicista emprendedor que se negaba a creer que un guitarrista flamenco no podría alcanzar la fama de estrella del pop, de Lucía no tardó en interpretar la canción en la televisión. “En dos meses era famoso”, recordó más tarde en un documental dirigido por su hijo, Curro Sánchez. En febrero de 1975, de Lucía se convirtió en el primer artista flamenco en tocar en el Teatro Real de Madrid.
Maestro contemporáneo de la guitarra española
Al mismo tiempo que de Lucía ganaba reputación por hacer accesible el flamenco al público tanto en España como en el extranjero al darle un sonido más moderno, profundizaba en su herencia y en su deseo de interpretar la música clásica de los grandes compositores españoles desde la perspectiva de este estilo.
Con la magistral obra de 1978, Paco de Lucía interpreta a Manuel de Falla, exploró simbólicamente la identidad española al llevar el flamenco—género que históricamente había sido marginado—al escenario clásico, gracias a su interpretación de “Amor Brujo” y otras obras del gran compositor andaluz.
El álbum en vivo de 1991, Concierto de Aranjuez, capturó su interpretación rítmica de quizás la obra orquestal española más conocida, de Joaquín Rodrigo, que sin titubeos hizo propia.
Nuevo Flamenco: Entra el Cajón
Hoy, el cajón es un elemento familiar del conjunto flamenco. La caja de madera sobre la que se sienta un percusionista y golpea con las manos puede parecer ahora tan ligada a los antiguos orígenes del flamenco como la voz lastimera de un cantaor. Pero no siempre fue así: el instrumento afroperuano hizo su primera aparición en un escenario flamenco apenas en la década de 1970 con el grupo de Paco de Lucía.
Según cuenta la ya legendaria historia, el sexteto de Paco de Lucía se encontraba de gira en Perú cuando los músicos asistieron a una fiesta en la Embajada de España en Lima, donde la icónica cantante peruana, Chabuca Granda, estuvo acompañada por su percusionista, Caitro Sotro, al cajón. El percusionista de de Lucía, Rubem Dantas, pidió probar el instrumento. Fue un momento de iluminación para de Lucía, que ya había intentado incorporar los bongós a su música en búsqueda de un instrumento de percusión que marcara el ritmo de su guitarra flamenca. Inmediatamente se percató de que el sonido del cajón se asemejaba al de los tacones de una bailaora, el golpeteo de los nudillos sobre una mesa o las palmas, elementos que son formas tradicionales de percusión en el flamenco.
Antes de que terminara la fiesta en Lima, Dantas había pedido dinero prestado a de Lucía y compró el cajón para llevárselo a casa. Lo tocó en el primer disco que grabó Paco de Lucía con el potente sexteto, Solo Quiero Caminar (1981). Más tarde, el disco sería descrito por un crítico como la “declaración de independencia” del guitarrista, en el que enriqueció aún más la formación flamenca con la adición del bajista Carles Benevent y Jorge Pardo al saxofón. El álbum inspiró a jóvenes músicos flamencos, muchos de los cuales salieron corriendo a hacerse sus propias cajas de madera. El ahora llamado cajón flamenco, de amplia fabricación en España e internacionalmente, se convertiría en un estandarte en el escenario de los espectáculos flamencos.
Las Colaboraciones
Para de Lucía, la tradición siempre fue una plataforma desde donde se emprendería el vuelo. Sus revolucionarios discos junto al cantaor Camarón de la Isla – entre los que destaca Como el Agua – sentarían las bases de un cambio sonoro para el flamenco en sintonía con la era del rock.
A lo largo de su vida, el camino de de Lucía estuvo pavimentado con la experimentación que a menudo vendría de la mano de colaboradores de ideas afines con quienes creó fusiones que rompieron géneros y llevaron adelante la tradición flamenca. En 1977, de Lucía actuó con Carlos Santana para una audiencia de 15,000 personas en Barcelona. Con John McLaughlin y Al Di Meola, exploró los puntos en común del flamenco y el jazz en los innovadores álbumes Passion, Grace and Fire (1983) y The Guitar Trio (1996).
De Lucía se convirtió, y continúa siendo, sinónimo de guitarra flamenca. A medida que crecía su fama, también lo hacía su demanda. Hasta Hollywood llamó. “Entre dos aguas” forma parte de la banda sonora de Vicky, Cristina Barcelona de Woody Allen y no fue sorpresa que cuando Bryan Adams quiso un solo de guitarra flamenca para su canción, “Have You Ever Really Loved a Woman”, que aparece en la película de 1995 Don Juan DeMarco, de Lucía fue llamado.
Triunfos al final de su carrera
Los vítores y silbidos que se escuchan en el disco Live In America dan fe de la emoción que envolvió al sexteto de Paco de Lucía en una gira de 1992 por ciudades de Estados Unidos. Pero uno de los aspectos más destacados es el silencio reverente que acompañó el sublime tapiz musical que tejió para su hijo mayor, “Mi Niño Curro”.
Pocos artistas podrían igualar la consistencia de la carrera de Paco de Lucía cuando entró en su última década. En 2004, año en que España lo nombró oficialmente “el más universal de los artistas flamencos” al otorgarle el Premio Príncipe de Asturias, lanzó Cositas Buenas tras un paréntesis de cinco años sin grabar. El álbum es una celebración que explora la diversidad del flamenco con una poderosa banda e invitados destacados que incluyen a la estrella del pop español, Alejandro Sanz, el cantante de flamenco de la nueva generación, Diego el Cigala, y la voz del ex camarada de de Lucía, Camarón de la Isla, quien había falleció en 1992.
El 25 de febrero de 2014, Paco de Lucía murió por complicaciones derivadas de un infarto mientras estaba en México. Tenía 66 años. Acababa de terminar el que sería su último disco, Canción Andaluza, siendo este un compendio de canciones clásicas en el que destacaba la conmovedora “Te he de querer mientras viva” con la cantante Estrella Morente. El álbum, lanzado póstumamente, ganó el premio al Álbum del Año en los Latin Grammy, nueve meses después de la muerte de de Lucia, lo que se suma al legado inmortal de un genio humilde.
“Si de algo estoy orgulloso es de haber contribuido a una música que admiro y que amo desde que nací”, dijo de Lucía en el documental realizado por su hijo, llamado La Búsqueda, filmado poco antes de su muerte. “Mi padre era guitarrista y en mi familia todos eran flamencos. Mi mayor orgullo es haber dejado constancia de mi paso por esta música”.