‘Body Talk’: Robyn consigue que todo el mundo baile con ella
Producido de manera independiente e inusual, ‘Body Talk’ muestra a Robyn en el pico de un período asombrosamente creativo.
En 2010, las convenciones de la industria sobre cómo lanzar nueva música estaban siendo diariamente cuestionadas. Robyn ya había demostrado que podía hacer las cosas a su manera cuando en 2005 publicó su cuarto álbum homónimo bajo su propio sello. Ese disco incluyó el éxito de las listas británicas “With Every Heartbeat” y consolidó su reputación mundial como una innovadora que entendía la importancia de un gancho pop poderoso. Cinco años después, estaba igualmente decidida a hacer las cosas a su manera con Body Talk, el álbum que fue la continuación a Robyn.
Escucha Body Talk en Apple Music y Spotify.
La vena independiente de Robyn quedó ilustrada por un deseo de lanzar los temas del proyecto Body Talk en distintas parcelas. Consciente de que había estado prácticamente alejada de la escena durante algún tiempo, decidió publicar los temas a medida que se iban completando, en lugar de retenerlas hasta que pudieran ensamblarse en un álbum de una manera más convencional.
El primer lanzamiento de la serie incluía “Dancing On My Own”, un sencillo tan fuerte que era una garantía de que esta campaña tendría un buen comienzo. Esta balada electrónica surgió de las sesiones que realizó en el verano de 2009 bajo la dirección de Klas Ahlund, quien fue nombrado productor ejecutivo del proyecto. La canción se convirtió en probablemente la más famosa de Robyn, su primer sencillo número uno en su país natal, Suecia, y un track que ha sido versionado por muchos otros artistas.
La extravagante “Fembot” fue seleccionada como el siguiente tema promocional de Body Talk, que a su vez, fue seguido rápidamente por “Dancehall Queen”, un tema de improvisación electro-reggae (supuestamente inspirado en el grupo sueco Ace Of Base que dominó las listas internacionales a principios de los 90) que fue creada con el productor superestrella Diplo. De esta manera se iban juntando los temas que formaron parte de Body Talk Pt.1, que se lanzó oficialmente el 11 de junio de 2010. Con apenas 30 minutos de duración, este compendio de electro-pop terminaba con una frágil balada folk sueca, “Jag Vet En Dejlig Rosa”. Esta última canción no formó parte de la colección posterior Body Talk, pero es una buena pieza si quieres imaginar cómo podría sonar la música de ABBA en el siglo XXI. Por su parte, “Don’t F__king Tell Me What To Do”, que abre ese primer grupo de canciones, sí aparece en la versión completa del álbum. Una canción con un monólogo seco y escalofriante que representa una crítica irónica a esa cultura contemporánea que está obsesionada consigo misma.
El 6 de septiembre de ese año llegó el momento de que saliera del estudio el segundo lote de temas nuevos con “Hang With Me” (que también se había incluido en la Pt. 1) reelaborado para emular el dramatismo de la pista de baile de los éxitos anteriores de Robyn. Este es uno de los discos más efectivos de Robyn, con un estribillo pegajoso que tuvo un éxito decente en Suecia. Snoop Dogg también se unió al proyecto en “U Should Know Better” – otro tema destacado de Body Talk Pt.2 – mientras que “In My Eyes” es una palpitante pieza de synth-rock con influencias de los 80. Cierra los ojos y podrás imaginarla como parte de la banda sonora de Flashdance.
El 22 de noviembre de 2010 el proyecto se reanudó, recopilando momentos destacados de los dos lanzamientos anteriores y agregando cinco nuevas canciones. La contribución de Royskopp a Body Talk Pt.1 – “None Of Dem” – junto con la canción en la que aparece Snoop Dogg fueron parte de este nuevo disco titulado Body Talk. Dentro del grupo de canciones del proyecto, la colaboración más sorprendente quizás fue una reunión con Max Martin en “Time Machine”. Max ya había trabajado con Robyn en el despegue de su carrera a finales de los 90 y, como era de esperarse, este nuevo y palpitante tema, inspirado en el glam-pop, estaba lleno de esos elementos que aseguran un éxito comercial.
Dejando atrás sus implicaciones comerciales, Body Talk se erige ahora como un magnífico recuerdo de un estallido de creatividad que vio a Robyn crear algunas de las mejores canciones de su carrera. “Dancing On My Own” puede ser el primer tema que atraiga a la gente, pero el álbum cuenta con otros 14 sólidos contendientes.
Cuando los críticos se pongan a recopilar los mejores discos de electro-pop de la década, Body Talk puede causar algunas confusiones. ¿Es un proyecto independiente o es en realidad una colección de “grandes éxitos” de un solo año de lanzamientos? Eso lo decidirán ellos, pero hay una cosa en la que todos estarán de acuerdo: no muchos artistas disfrutan de un año así.