Beggars Banquet: Por Qué El Clásico De Los Rolling Stones Es Un Festín Para Los Oídos
‘Beggars Banquet’, el álbum que cambió todo para los Rolling Stones, marcó el inicio de un período de creatividad y excelencia para la banda.
Los Rolling Stones siguen sintiéndose orgullosos de su álbum Beggars Banquet, el cual marcó un regreso a su sonido más clásico después de la previa experimentación psicodélica de Their Satanic Majesties Request .
La banda ha dicho que Beggars Banquet “cambió todo para los Rolling Stones” y lo describió en su sitio web oficial como el álbum que los mostró alcanzando “su madurez musical”.
Escucha Beggars Banquet en Apple Music y Spotify.
La famosa canción que abre el álbum, “Sympathy For The Devil“, fue escrita en un momento en que Mick Jagger había estado leyendo sobre ocultismo. Él y Keith Richards – quienes compusieron conjuntamente nueve de los diez temas de Beggars Banquet – inicialmente le dieron a la canción el título provisional de menor impacto de “The Devil Is My Name”. En sus poderosas letras, los Stones imaginan apariciones de Satanás en momentos cruciales de la historia y hay referencias a la crucifixión de Cristo, la Revolución Rusa, la Segunda Guerra Mundial y el asesinato de JFK. Musicalmente, la canción también es memorable por el trabajo de piano del maestro de sesión, Nicky Hopkins.
También hay muchos brillantes solos de guitarra de Richards, quien dijo que, en ese momento, su descubrimiento de la afinación abierta de cinco cuerdas para las sesiones de grabación, que tuvieron lugar entre marzo y julio de 1968, en los Olympic Sound Studios, en Londres, y el Sunset Sound, en Los Ángeles, lo ayudó a mejorar su forma de tocar. Richards recordó: “La afinación realmente me revitalizó, transformó mi vida. Me había topado con una especie de tope. Realmente pensé que no estaba llegando a ningún lado con la afinación común de concierto”. Richards usaría la técnica en éxitos posteriores de los Stones como “Jumpin’ Jack Flash” y “Start Me Up”.
Algunos músicos invitados muy interesantes se encuentran dispersos a lo largo de Beggars Banquet. Junto a los habituales Stones, Jagger, Richards, Bill Wyman (bajo), Charlie Watts (batería) y Brian Jones (guitarras), se encontraba Dave Mason de Traffic, quien tocó el instrumento de viento Shehnai en “Street Fighting Man”. El joven y talentoso guitarrista Ry Cooder tocó la mandolina en “Factory Girl”, aunque no fue acreditado en ese momento.
Una sensación de blues recorre el núcleo de Beggars Banquet, desde “No Expectations” , inspirada en Robert Johnson, hasta la turbia joya de dos minutos “Parachute Woman”, que se grabó en una casetera y se reprodujo a dos pistas para lograr un gran efecto, y que además cuenta con la armónica temperamental de Jagger. El sórdido “Stray Cat Blues”, con Rocky Dijon en las congas, tiene el sello distintivo de la energética producción del ex baterista, Jimmy Miller.
La única canción que no escribieron Jagger y Richards fue “Prodigal Son”, que había sido compuesta por el músico de blues de Mississippi, Reverend Robert Wilkins, en 1929. Afortunadamente, Wilkins tenía 72 años cuando los Stones le rindieron homenaje y disfrutó de un auge en las regalías que ayudó a financiar su trabajo como ministro religioso.
Otros aspectos notables del álbum fueron los retratos que la banda encargó al fotógrafo Michael Joseph para la portada. Las fotos, que evocan el trabajo de los viejos maestros como Hieronymus Bosch y Pieter Bruegel, mostraban al grupo vestido con ropa extravagante que parecía mezclar el Londres de los años ‘60s con un estilo de bribones como salidos de novela de Dickens. No sorprende que la reseña de Beggars Banquet de la revista Time, que se publicó a través de Decca Records el 6 de diciembre de 1968, describiera a los Stones como “los sinvergüenzas más subversivos de Inglaterra desde la pandilla de Fagin en Oliver Twist”.
Sin embargo, hay un aspecto importante en el álbum. Aunque marcó el comienzo de un período de creatividad musical y excelencia para los Rolling Stones, Beggars Banquet también vio la última aparición en un disco del fundador y líder original Brian Jones, quien murió ahogado siete meses después del lanzamiento del álbum, a la edad de 27 años.
Si debe recordarse como la contribución final de Jones, Beggars Banquet también es, en todos los aspectos, un excelente álbum de blues rock en su mejor momento.
La reedición en vinilo de edición limitada del 50 aniversario de Beggars Banquet, que presenta una rara entrevista japonesa en flexi disc con Mick Jagger, ya está disponible y se puede comprar aquí.