‘Let It Bleed’: la ecléctica obra maestra de los Rolling Stones

El 5 de diciembre de 1969, fue el mismo día en el que los Rolling Stones abandonaron los estudios Muscle Shoals (tras haber grabado algunos temas para lo que sería su próximo álbum Sticky Fingers) y se lanzó en Gran Bretaña Let It Bleed, cuyo nombre había sido propuesto por Keith Richards. Ese mismo día también fue cuando los Stones volaron a San Francisco para llevar a cabo su desafortunada presentación en Altamont.

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Let It Bleed, el segundo álbum que les produjo Jimmy Miller, se lanzó en Estados Unidos apenas una semana antes. Aunque este disco se grabó durante los últimos meses que estuvo Brian Jones con la banda, lleva muy poco de él en sus canciones. Por otro lado, es el primer disco en presentar al nuevo guitarrista de la banda, Mick Taylor. El álbum de los Stones salió en un momento muy competido en las listas de popularidad, ya que los Beatles habían lanzado Abbey Road dos meses antes y una semanas antes había salido el segundo álbum de Led Zeppelin.

Canciones clave en el canon de los Stones

El álbum se grabó en gran parte en los Olympic Studios en Londres y los Elektra Studios en Los Ángeles, entre febrero y octubre de 1969, e incluye tres clásicos absolutos: “Gimme Shelter”, “You Can’t Always Get What You Want” y “Midnight Rambler”.

Como era de esperarse, hay varias historias cautivadoras detrás de cómo fue que este álbum tomó forma. Fue a fines de octubre, mientras Mick y Keith estaban terminando las canciones de Let It Bleed en Los Ángeles, cuando sucedió esa conocida historia en la que la cantante Merry Clayton se despertó a la 1am para hacer los coros de “Gimme Shelter”, creando así una de las canciones más icónicas del extenso canon de los Stones.

Otra noche, grabaron al violinista Byron Berline tocando partes para “Country Honk” desde la acera de Wilshire Boulevard, apoyado sobre una limusina, con la bocina de un automóvil actuando como su guía para comenzar a tocar. Otros músicos que aparecieron en las grabaciones fueron Ian Stewart en el piano, Nicky Hopkins en el piano y el órgano, junto a Ry Cooder en la mandolina, el ex Traffic, Dave Mason en la guitarra, Leon Russell en el piano, Bobby Keys en saxo mientras que Nanette Workman y Madeline Bell aportaron los coros.

“Honky Tonk Women” se grabó durante las sesiones del álbum, aunque no se incluyó en éste. Sin embargo, su cara B “You Can’t Always Get What You Want” terminó siendo otro de los platos fuertes del disco. Esta canción lleva la grabación del coro “London Bach” de 60 voces, cuya participación fue arreglada por Jack Nitzsche, el veterano integrante del Wrecking Crew. Además, junto a los Stones se encontraba Al Kooper tocando el piano, el órgano y el corno francés.

“Los Stones nunca han hecho nada mejor”

A fines de agosto de 1969, Robert Brownjohn le mostró a Keith bocetos de la idea de la portada del nuevo álbum, que llevaba el título provisional de “Automatic Changer”. Keith se mostró muy receptivo a las ideas de Brownjohn y organizó una sesión fotográfica para una semana después, a un costo de alrededor de £ 1,000 – mucho dinero para aquella época. Una joven analista de administradora, y más tarde chef famosa, Delia Smith, fue quien hizo el pastel (ahora icónico) que llevaría la portada. Ella dijo: “En ese entonces trabajaba como administradora para un fotógrafo de alimentos que tomaba fotos para comerciales y revistas. Así que cocinaba cualquier cosa que necesitaran. Un día dijeron que querían un pastel para la portada de un disco de los Rolling Stones, era un encargo más en ese momento. ¡Querían que fuera muy exagerado y lo más llamativo posible!”.

Si bien el pastel como portada se ha vuelto muy querido por los fans, en aquella época la revista Rolling Stone lo llamó “La portada más horrible desde Flowers“. Un contraste con lo que Greil Marcus dijo en la misma revista sobre su música: “Un disco abrumador… los Stones nunca han hecho nada mejor”.

El álbum encabezó las listas del Reino Unido el 20 de diciembre de 1969, pero solo llegó al número 3 en las listas de Billboard. Con el paso del tiempo, ha llegado a ser juzgado como uno de los puntos culminantes de la carrera de los Stones. Es un álbum que funciona como una entidad, perfecto para ser escuchado en una sentada y una muestra de la mezcla ecléctica de influencias y amores musicales de la banda. La versión de “Love in Vain” de Robert Johnson es también un testimonio de la larga historia de amor de los Stones con el blues.

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