‘Power Windows’: Rush amplía su sonido
Uno de los álbumes más ricos y profundos de Rush, lleno de detalles que consienten a quienes lo escuchan una y otra vez.
La primera parte de los 80 fue una época de aventuras para Rush. Fue una en la que lograron dominar sus teclados, integraron a la perfección las influencias de la New Wave y escribieron canciones un poco más cortas que sirvieron muy bien para la radio. Con Power Windows de 1985, la banda llegó de nuevo a un momento para ponerse épico. Así fue que apareció uno de los álbumes más ricos y profundos de Rush, lleno de detalles que consienten a quien lo escucha una y otra vez.
Power Windows amplió el paisaje sonoro de Rush de una manera importante: la agresiva guitarra líder de Alex Lifeson estaba de regreso con “The Big Money”. No solo se trataba de un potente track de presentación, sino que también estaba completamente complementado con las teclas y los efectos del resto del ensamble. Por otra parte, en aquel momento Neil Peart había descubierto la batería electrónica. Esto ocasionó que temas como “Territories”, de influencia africana, presentaran una animada interacción entre baterías creadas por sintetizadores y por un kit acústico. Por otro lado, Geddy Lee innovó al comenzar a superponer capas y armonizar su voz, lo que dio lugar a momentos dramáticos como el final coral multipista de “Grand Designs”. Además de todas estas novedades sonoras, por primera vez se incluyeron músicos adicionales en un álbum de Rush, como lo fueron las cuerdas arregladas por Anne Dudley de Art of Noise.
Escucha Power Windows de Rush ahora.
Power Windows es un álbum conceptual en el que las letras de Peart juegan con su título al convertir cada canción en una “ventana” hacia un tipo diferente de poder: político, social, nuclear y, en un par de canciones, el poder de los sueños y el inconsciente. “Emotion Detector” es lo más cercano a lo que sería escuchar una canción de amor de Rush, o mejor dicho, una canción sobre el amor y su poder sobre los individuos. “Middletown Dreams” es una secuela un tanto más optimista de su éxito anterior “Subdivisions”, en el que la banda propone una ruta de escape: si los suburbios son demasiado sofocantes, siempre puedes soñar con una salir de ahí.
Power Windows es también donde Rush dominó lo que podríamos llamar la canción épica de formato corto. Se trata de canciones que contienen una gran cantidad de información musical pero que, en lugar de abarcar un lado completo de los discos – como sucedía en la época del rock progrsivo – esta se comprimía en la duración de un hit apto para la radio. Esto se refleja en “Manhattan Project”, un track que recorre múltiples secciones al dar un relato del desarrollo de la primera arma nuclear, donde cada parte de la orquestación realza la naturaleza siniestra de la historia. En contraste, “Marathon” celebra uno de los temas líricos favoritos de Peart, el poder del logro humano. Esta pieza va cobrando impulso a medida que avanza – se convierte en un power-trío instrumental durante la sección intermedia – y concluye con un final donde la banda saca a relucir todos sus recursos. Es un momento lleno de cuerdas complementado por un coro grandioso que entra en acción mientras nuestro héroe cruza la línea de meta.
Como Geddy Lee a veces señalaba a veces en sus entrevistas, la última canción de cada álbum de Rush tendía a apuntar hacia el siguiente disco. En este caso, “Mystic Rhythms” definitivamente lo hizo: toma prestados ritmos africanos una vez más, pero en esta ocasión la música es lenta y misteriosa, como se podría esperar de una canción sobre el poder del inconsciente. También fue una de las canciones más ricamente melódicas que Rush había hecho hasta entonces, con la voz de Lee demostrando fuerza y sutileza. Siguiendo este ejercicio, la banda continuaría explorando el uso de la melodía en su siguiente álbum, Hold Your Fire.
Siendo Rush, uno sabía que siempre había más aventuras por delante.
