‘Hotter Than July’: Stevie Wonder abre la nueva década con un clásico
Lanzado en medio de la fractura de la música disco y sus secuelas, el álbum fue otro triunfo para el artista de Motown.
La dominante carrera creativa de Stevie Wonder en los años 70 produjo algunos de los mejores éxitos de la música popular de la década, o más bien de todo el siglo XX. Esto fue muy trascendental, no solo por la destreza compositiva de Wonder, sino también por su humanismo festivo (con canciones como “I Wish” y “Isn’t She Lovely”) y aleccionador (con “Superstition” y “Living For the City”). Sin embargo, hacia el final de la década, la relevancia de su arte curiosamente había quedado en entredicho. Tres años después de su obra maestra de 1976, Songs In the Key of Life, la banda sonora expansiva y en gran parte instrumental del documental Journey Through the Secret Life of Plants resultó en un fracaso comercial que dejó a muchos fans perplejos. En medio de un paisaje musical fracturado por el sismo que vivía la música disco y por el papel de las nuevas voces, tanto las conocidas (Michael Jackson) como las radicalmente nuevas (Prince), uno no podía evitar preguntarse si Stevie no se había perdido en la introspección de su propio genio.
Escucha ahora Hotter Than July de Stevie Wonder.
Su respuesta, Hotter Than July de 1980, disipó todas las dudas de manera tan rotunda que en retrospectiva parecen una tontería. Ese grito exultante con el que comienza el tema que abre el disco, “Did I Hear You Say You Love Me?” prácticamente encarna este alegre regreso a sus mejores tiempos, una canción con un ritmo de cuatro por cuatro que conecta directo con la pista de baile. Tras grandes declaraciones consecutivas en dos LP, Hotter Than July registra un contundente total de 10 canciones que no tienen ni una sola nota de relleno. Aunque Stevie redujo la cantidad de canciones en este disco, su alcance no tiene limites. “Master Blaster (Jammin’)” representa una nueva y emocionante incursión: un explosivo tributo reggae a Bob Marley en el que incorpora un endiablado ritmo de steppers a su ya prodigiosa bolsa de trucos. “I Ain’t Gonna Stand For It” representa otra: un alegre toque de country funk que muestra a un Stevie apenas reconocible cantando con un acento intermitente (con Charlie y Ronnie Wilson de Gap Bandsmen en los coros) que podría haberse cómodamente incluido en la banda sonora del gran éxito de C&W de ese año, Urban Cowboy.
“All I Do” es un estudio que combina la perdurable capacidad de Stevie para componer canciones y su talento para la reinvención. Compuesta en 1966 durante su etapa inicial en Motown y grabada el mismo año por Tammi Terrell con un tono anhelante y seductor, para este disco se reorganiza y moderniza como una exuberante obra maestra de R&B que va impulsada por un piano eléctrico y un coro estelar de coristas encabezado por MJ, Betty Wright y Eddie Levert y Walter Williams de los O’Jays’. Stevie cuenta con otros apoyos invaluables a través de las canciones – las cuerdas rápidas del veterano arreglista de Motown Paul Riser en una melodramática “Rocket Love”, y la voz distintivamente aguda y dulce de la colaboradora de toda la vida (y ex esposa) Syreeta en la juguetona “As If You Read My Mind”. A pesar de estas colaboraciones, en última instancia es su material puramente solista el que tiene el mayor impacto.
Acompañándose con piano y bajo de sintetizador, la desgarradora “Lately” lo hace contemplar las revelaciones de una pareja infiel en la que es una de las mejores baladas vocales de su carrera. “Happy Birthday”, el jubiloso final del álbum en el que Stevie toca todos los instrumentos, canaliza su activismo para convertir el cumpleaños de Martin Luther King Jr. en un día festivo nacional. Es una pieza con algunas de las letras más conmovedoras de su carrera: “Nunca entendí/Cómo un hombre que murió por el bien/No podía tener un día que/Se reservara para su reconocimiento”. Tres años más tarde y quince años después del asesinato de King, ese esfuerzo catalizado por Wonder finalmente se convertiría en ley, lo que por sí solo convierte a Hotter Than July una obra indispensable.
