‘Music Of My Mind’: la mente de Stevie Wonder se dirige a la grandeza
El álbum se encuentra entre los trabajos más importantes de Stevie, es una muestra de su profunda composición.
Fue en 1971, con Where I’m Coming From, que Stevie Wonder alcanzó la mayoría de edad en más de un sentido. Ese fue el LP, lanzado poco después de cumplir 21 años, en el que ejerció su nuevo derecho legal a hacer música como él quería, más allá de de las especificaciones predeterminadas de Berry Gordy y su sello Motown. Pero fue Music of My Mind del año siguiente el que albergó una aventura de autodescubrimiento aún mayor.
Este álbum, publicado el 3 de marzo de 1972, marcó el comienzo de la relación creativa de Wonder con los coproductores Robert Margouleff y Malcolm Cecil, del dúo electrónico Tonto’s Expanding Headband. La pareja ayudaría más tarde a dar forma a varias de sus obras más célebres de la década de 1970. Music of My Mind no fue una sensación comercial, pero se destaca entre los trabajos más importantes de Stevie, tanto en términos de su creciente sensibilidad para componer canciones como en el uso de su nuevo mejor amigo en el estudio, el sintetizador.
En ese momento, la tecnología comenzaba a seguir el ritmo del insaciable apetito creativo de Wonder. Como le dijo a Roger St. Pierre de New Musical Express en enero, unas semanas antes del lanzamiento del nuevo repertorio: “Escuché por primera vez un Moog en 1971 y me interesaron mucho sus posibilidades. Ahora estoy trabajando con un VS04”.
“Lo utilicé en mi nuevo álbum, que se llamará Music of My Mind, y eso es exactamente lo que es, porque el sintetizador me ha permitido hacer muchas cosas que quería hacer desde hace mucho tiempo, pero que no eran posibles hasta que apareció. Le ha añadido una dimensión completamente nueva a la música. Después de programar el sonido, puedes escribir o procesar la línea melódica de inmediato y de tantas maneras diferentes como quieras”.
Éste seguía siendo el sonido de un joven cuyas nuevas canciones aún podían expresar una inefable alegría de vivir, como en el funk con tintes gospel de “Love Having You Around” y la irresistible “I Love Every Little Thing About You”. Pero el álbum también albergaba momentos reflexivos como “Superwoman (Where Were You When I Needed You)”, que lleva detalles de guitarra eléctrica de Buzz Feiten, y “Seems So Long”.
La amplitud de expresión de Stevie en este disco es sorprendente. Su manera de trabajar en todo el proyecto estuvo llena de imaginación, por ejemplo, al darle un eco fuerte a su voz en “Happier Than The Morning Sun” y tocar el acompañamiento principal con un clavinete; o la fase vocal y el jugueteo percusivo en “Girl Blue”. El disco termina con “Evil”, una pieza sencilla e incisiva de comentario social que, se podría decir, nos abrió la puerta a su conciencia. “Maldad”, preguntaba, exasperado, “Por qué has engullido tantos corazones? ¿Por qué has destruido tantas mentes?”
La reseña comercial del LP publicada por Cash Box estaba llena de entusiasmo: “Stevie ha alcanzado ahora el punto en el que debe ser considerado un compositor de primer orden… un álbum vital y expresivo de un hombre que solía ser ‘pequeño’ y ahora es realmente muy grande”.
Penny Valentine, en un artículo publicado en Sounds, no tenía ninguna duda sobre la importancia del álbum. “Este álbum ha sido aclamado como el último ‘paso a la madurez’ de Stevie Wonder”, escribió, “pero creo que este álbum es más importante y sin duda tendrá repercusiones más importantes que eso”.
“Para mí, este álbum representa la ‘mayoría de edad’ de la música soul negra. Un crecimiento que comenzó con Curtis Mayfield, fue ampliado por Isaac Hayes y ahora ha llegado a buen puerto en manos de Stevie Wonder. Es un hito muy importante en la música contemporánea”.
Valentine comparó Music of My Mind con otra puesta en escena posterior a su lanzamiento en Motown unos diez meses antes. “Para Wonder, esto es un triunfo personal. No solo por transmitir su música al oyente, no solo por dejar de ser considerado simplemente un chiquillo negro inteligente que se mueve a través de una canción con aparente naturalidad. Es un triunfo comparable a la ruptura con la tradición de Motown de Marvin Gaye con What’s Going On para poder salir solo y hacer lo que había sido innato en él durante tantos años”.
Music of My Mind también dejó su marca indeleble en los músicos colegas de Stevie. Jeff Beck le dijo a NME: “Stevie está realmente en la cresta de la ola en este momento. ‘Music of My Mind’ es un álbum revolucionario, es el tipo de proyecto monstruoso que sale y hace girar la cabeza de todo e mundo”. Más tarde, Stevie regaló a Jeff su memorable “‘Cause We’ve Ended As Lovers”, que formó parte del muy admirado álbum instrumental de Beck de 1975 Blow By Blow. Para entonces, Syreeta había grabado una versión vocal para su propio álbum de Motown Stevie Wonder Presents Syreeta.
Music Of My Mind alcanzó el puesto número 6 en la lista de R&B de Billboard, pero solo el número 21 en la de pop. Algo difícil de imaginar hoy en día es que la canción no llegó a entrar a las listas del Reino Unido, al igual que Where I’m Coming From. Su primer sencillo, “Superwoman”, logró su mejor posición de R&B en el número 13 en los Estados Unidos; el segundo, “Keep On Running”, solo llegó a la posición 36.
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La reseña contemporánea de Vince Aletti para Rolling Stone observó que Music Of My Mind era el “primer disco de Wonder fuera de la superestructura de Motown (es decir, sin arreglistas, productores, músicos, estudios o supervisión de ningún tipo de Motown). Este es un paso importante, especialmente cuando se da con tanta fuerza y confianza como en este caso”.
“Si bien no es probable que inicie una tendencia (hay pocos en Motown que podrían permitirse o querrían abandonar la estructura que los creó y nutrió), Stevie ha dado un paso que seguramente tendrá algunos efectos de largo alcance”. Viendo su obra en retrospectiva, el impacto de este lanzamiento en el Wonder fue realmente significativo.
